Último día de Camboya. Kbal Spean está en medio de la jungla, después de 1.5 Km de pateada se llega a un riachuelo (en la temporada de lluvias debe ser un río en condiciones) en el que hay grabados en las rocas. Es chulo y diferente del resto, así que merece la pena pasar. Para llegar aquí la carretera de momento no existe (la están construyendo), así que toca venir en moto por caminos de tierra (ni siquiera el tuk tuk tiene sitio para pasar).
Banteay Srei es muy pequeño, pero merece la pena porque los grabados son muy detallados. Además, al estar más lejos, suele haber menos turistas.
A Banteay Samré he llegado por casualidad. La Lonely Planet apenas lo mencionaba, pero el conductor del tuk tuk me ha traído. La verdad es que es uno de los templos que más me ha gustado. No había prácticamente nadie, y el templo no estaba nada mal.
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